Se acerca la planilla otra vez y en esta época empezamos a escuchar la palabra IRA veinte veces al día, pero muchos en realidad no tenemos una idea clara de qué es una IRA. Y si no la entendemos bien, ¿cómo vamos a decidir si nos conviene abrir una?
Una IRA o Cuenta de Retiro Individual es una cuenta de ahorro e inversión a largo plazo, diseñada para ayudarnos a ahorrar para nuestros “años dorados”. Existen dos clases de IRA: la Deducible y la No Deducible (también conocida como ROTH IRA). La IRA Deducible permite deducir la cantidad aportada de la planilla; por eso es que antes del 15 de abril, ¡todo el mundo quiere una!
¿Por qué una se puede deducir y la otra no? La diferencia estriba en que con la IRA Deducible, tanto el principal como las ganancias que se generen no están sujetos al pago de contribuciones hasta que se retire el dinero, generalmente después de que cumplimos los 60 años. Con la IRA No Deducible, la aportación no se puede deducir de la planilla, pero al retirar el dinero después que lleguemos a los 60, tanto el principal como las ganancias estarán exentos del pago de contribución.
Así que la decisión entre abrir una IRA puede basarse en cuánto necesitas un alivio en tu planilla en este momento, o si puedes prescindir de la deducción de la planilla ahora y no pagar contribución en el momento de retirar el dinero. Pero independientemente de cuál IRA escojas, es un instrumento valiosísimo para ayudar a asegurar tu tranquilidad financiera durante tus años de retiro.
Puntos a recordar sobre cuentas IRA:
- Puedes abrir una IRA si eres menor de 75 años y generas ingresos de empleo o por cuenta propia.
- En el caso de la IRA Deducible, puedes deducir de la planilla hasta $5,000 de lo que aportaste. Si estás casado(a), tu cónyuge también puede aportar a una IRA aunque no trabaje ni genere ingresos. Por lo tanto, una pareja casada puede deducir hasta $10,000 en su planilla.
- Si retiras el dinero de una IRA antes de cumplir los 60 años, tendrás que pagar a Hacienda una penalidad de 10%, aunque existen excepciones: pérdida de empleo, incapacidad, muerte, compra de tu primera residencia, pago de la educación universitaria de tus hijos, transferencia o “rollover” a otra IRA, pérdida por causas fortuitas, y compra de una computadora.
- No todas las IRA son iguales. Dependiendo del tipo de IRA y quién la ofrezca (puede ser un banco, una compañía de seguro o una casa de corretaje), pueden ofrecer o no garantías de principal y rendimiento.
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