Luis R. Burset / Gaither International
Desde antes de la pandemia, Puerto Rico ha estado experimentando una evolución económica y demográfica. Comenzando con los huracanes de 2017, y agravada con la pandemia del COVID-19, la gente y sus patrones de consumo experimentaron cambios, significativos en muchos casos. A continuación, una breve imagen del mercado puertorriqueño, basado en datos propietarios de Gaither, combinados con otros de agencias gubernamentales.
La población y la economía del consumidor
Aunque el empinado descenso de población en años recientes parece haber disminuido en 2019, el fenómeno del envejecimiento continúa. Por un lado, el nivel de la población se ha beneficiado de los migrantes que han regresado durante los meses del Covid-19. Hasta septiembre de 2020, el movimiento de entrada y salida de pasajeros a través del aeropuerto Luis Muñoz Marín fue de 21,000 pasajeros menos llegando. Para efectos de comparación, durante el mismo periodo, el déficit fue de 20,000 en 2019 y 107,000 en 2018. Por otro lado, una merma en el número de nacimientos, unido a un nivel estable de fallecimientos (aproximadamente 30,000) explican el aumento de la edad mediana a 43.2 años, uno de los más altos en los Estados Unidos y América Latina.
La disponibilidad de los fondos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) a niveles más altos por familia, ha impactado positivamente las ventas en las tiendas de comestibles. Durante la pandemia, se han distribuido más fondos, y más familias participaron en el programa (1.5 millones de individuos en 832,000 familias), lo que refleja el 40% de las ventas en tiendas de comestibles. De acuerdo con investigación de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), esto ha impactado los gastos mensuales promedio de las familias (+18%) y el número de visitas mensuales a una tienda de comestibles (+33%). En una nota negativa, una consideración clave al evaluar los patrones de compra es que el ingreso del 28% de la fuerza laboral se ha afectado, con 17% perdiendo su trabajo, y 11% con sus horas de trabajo reducidas.
Hábitos de compra
El aislamiento mandatorio impulsó la adopción de nuevos canales de compra y hábitos que se han mantenido luego de que se implantaran medidas preventivas más llevaderas. Las
apps de compras se están utilizando para supermercados y restaurantes, ya sean formales, informales o de comida rápida. De acuerdo con el estudio de Gaither, MBP Daily Tracking Study, el 10% de los compradores usa una
app o página web para ordenar sus comestibles.
En cuanto a recoger lo comprado o que lo entreguen en su casa, ya sea para ahorrar tiempo o dinero, los puertorriqueños prefieren recoger sus comestibles, así como alimentos preparados o no preparados: 25% vs. 16% en colmados o supermercados; 43% vs. 26% en restaurantes de comida rápida. El mayor uso de servi-carro de comida rápida (actualmente 70%) podría ser un hábito temporal, tomando en consideración que los consumidores podrán entrar al área de comer de los restaurantes en el futuro.
Al igual que sucedió luego del huracán María, la intención de comprar un auto – nuevo o usado – ha aumentado considerablemente desde abril, alcanzando 14% en noviembre de 2020 (el promedio histórico es 6%). Esta intención se valida con un aumento en visitas a los concesionarios de autos, que llegó a 24%.
Marcas
Al que madruga Dios le ayuda. En la categoría de servicio de comidas rápidas, las cadenas que se adaptaron primero a las nuevas necesidades vieron que sus transacciones crecieron. En cuanto a los usuarios de los nuevos canales de compras digitales, el 47% de los compradores ha probado nuevas marcas, y 11% las ha adoptado permanentemente. Por eso, la presencia en el mercado digital es clave.
Fuentes:
Gaither Media Brand Profiles Daily Tracking Study
Gaither’s Post-Covid Online Purchase Behavior Study
Estadísticas del Negociado de Transportación; Informe de septiembre de 2020
MIDA 2020 Radiografía del Consumidor
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